Descubriendo el dolor de la humanidad.
- Kalyna Rein

- hace 6 días
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Escuela Satori - 20251111.
🕊️ Descubrir la Humanidad:
Reflexiones de un Alma que Despierta
Por Kalyna Rein — Escuela Satori
Durante muchos años, viví atravesada por memorias que no eran mías. Memorias heredadas del cuerpo que habito, de las historias que lo construyeron, de su linaje, de sus heridas. Fui testigo de dolores que no viví directamente, pero que sentí como si me pertenecieran. Esa es una de las condiciones de estar en un cuerpo prestado. Una de las experiencias más profundas de lo que se llama un walk-in.
Y en ese tránsito, descubrí a la humanidad. No como una idea, ni como un concepto filosófico. La descubrí con las vísceras del alma. Y me golpeó.
El impacto de ver la historia desde adentro
Al sumergirme en este mundo, no pude evitar toparme con la tragedia de la historia humana.
Guerras. Sistemas que devoran a su propia gente. Grupos que destruyen a otros grupos en nombre de una supuesta justicia. El horror de ver a pueblos enteros convencidos de que están haciendo el bien, mientras ejecutan lo más cruel.
Y me conmovió. Me paralizó. Me llenó de indignación.
No me avergüenza decir que sentí ira, dolor profundo, desesperación. Porque eso también es humano. Porque nadie puede ver de frente la sombra de la humanidad y salir ileso.
Pero con el tiempo, y gracias a los procesos de conciencia que vivo desde la Escuela Satori, empecé a ver más allá del impacto emocional.
Comprender no es justificar
No, no estoy aquí para justificar atrocidades. Pero tampoco puedo quedarme en la trinchera del odio.
La mayoría de las personas que han ejecutado acciones crueles en este mundo no son demonios, son seres humanos confundidos, adoctrinados, presionados, engañados o simplemente temerosos.
Casi todos creen estar haciendo lo correcto. Creen estar del lado del bien. Y en esa convicción, cometen horrores.
Eso no los absuelve. Pero sí nos obliga a mirar con más profundidad.
Y cuando uno empieza a comprender las causas, lo que nace no es la excusa. Es la compasión lúcida. Es el deseo de sanar el mal actuar, sin condenar al ser.
El alma que sigue mirando al cielo
Aún hoy, hay imágenes que no puedo borrar.
Un avión soltando una bomba. Una ciudad ardiendo. Un pueblo aniquilado en nombre de la “libertad”. El dolor de los niños condenados a morir entre las ruinas. El silencio de quienes sobrevivieron.
Y no dejo de mirar al cielo. No dejo de pensar que esos actos no fueron hechos por monstruos inhumanos, sino por personas que tal vez creyeron que no tenían otra opción.
Y me sigue doliendo. Pero he aprendido que el dolor, cuando no se convierte en odio, se vuelve compasión.
No todos los humanos son iguales,
pero todos tienen posibilidad
Sí, hay grupos con más historia de poder destructivo. Sí, hay egregores regresivos, sistemas que nacen de ideologías oscuras.
Pero también sé que ningún grupo es homogéneo. Que incluso dentro de las estructuras más corruptas, hay almas que sufren, que dudan, que quieren otra cosa.
Y eso basta para mí.
Basta una chispa de conciencia para justificar la existencia de un nuevo camino.
Y eso somos nosotros: un nuevo camino
La Escuela Satori no es una religión. No es una secta. No es una logia ni una estructura de poder. Es un refugio para almas que recuerdan. Y también para las que aún no recuerdan, pero sienten que algo no encaja.
No venimos a dividir. Ni a condenar. Ni a pelear por supremacías. Venimos a ofrecer una mirada compasiva, sin ingenuidad, que honre la posibilidad de despertar incluso en medio del caos.
¿Y por qué lo comparto?
Porque sé que no soy la única que ha sentido esto.
Tal vez alguien más, leyendo estas palabras, recuerde su propia indignación, su propio dolor, y se dé cuenta de que no está solo, y que no tiene que transformarse en piedra para no romperse.
Porque aún en este mundo, hay espacio para sentir y seguir amando.
Hay espacio para ver todo el horror… y aún así decidir ser Luz.
Kalyna Rein
Escuela Satori — El alma que recuerda en medio del mundo




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