V20251115
Escuela Satori
Programa de Padrinos.
✦ Apadrina una Clase.
Tú puedes sostener una clase.
Y quizás, nunca sepas a quién estás ayudando.Pero esa luz… siempre llega.
Colabora
con lo que sientas necesario...
✦ ¿Qué significa apadrinar una clase?
En la Escuela Satori, muchas clases y enseñanzas se ofrecen sin costo, abiertas a quienes buscan alivio, guía o silencio.
Estas jornadas existen porque alguien las sostiene.
A veces, yo. A veces, tú.Apadrinar no es pagar.
Es sostener...
Es encender una vela en la oscuridad de alguien más.
✦ ¿Qué hacemos por el mundo?
Vivimos en una sociedad herida: individualista, desconectada, sin rumbo.
Nuestra tarea es simple pero profunda:
Sembrar conciencia, humanidad y amor donde se ha perdido.
Intervenimos desde lo sutil hacia lo visible:
💠 Creamos espacios donde las personas se reconectan con su interior
💠 Formamos guías espirituales y cuidadores conscientes
💠 Acompañamos procesos de sanación emocional y energética
💠 Compartimos enseñanzas que despiertan la ética del corazón
💠 Brindamos recursos para familias, docentes, terapeutas y cuidadores 💠 Participamos en ferias y encuentros donde llevamos este mensaje a la vida real
No buscamos protagonismo.
Solo mantener encendida la llama de lo sagrado, en medio de la crisis.Esa es nuestra forma de actuar en el mundo.
Conoce nuestra Agenda de Actividades:
✦ Un solo botón, muchas almas.
No importa cuánto des.
Importa que tu gesto sea real.
Con 5, 10, 30 dólares… cada aporte es una raíz para seguir creciendo.
No importa el monto, sino tu noble esfuerzo. Cada centavo ayuda.
Si algo de esta Escuela te tocó el alma,
ahora tú puedes tocar otra alma también.
Apadrina una Clase
NO es pago recurrente.
✦ Gratitud silenciosa.
No es una recompensa.
Es un símbolo.
Un eco de la llama que encendiste.
Por favor, si lo deseas,
nos gustaría obsequiarte este Omamori virtual,
como gesto de agradecimiento.
Descarga desde el botón de enlace.
🕯️ Esta Escuela existe porque alguien la sostiene…
a veces con dinero, a veces con fe.
A veces tú. A veces yo.
Y a veces… nadie más que el alma misma.
Gracias por sostener, aunque sea por un instante,
este templo que no pide nada… pero lo da todo.